lunes, 5 de abril de 2010

SEMANA SANTA 2010

A tan sólo un día de haber finalizado Nuestra Semana Santa, ya empezamos a recordar cada momento vivido con nostalgia y ya volvemos a soñar con otra Semana de Pasión. Hace tan sólo unos días daba comienzo nuestra Semana Mayor con el Viernes Dolores y la salida en via-crucis del Señor del Gran Poder con las manos maniatadas y con túnica blanca. Llegaba también el Domingo de Ramos anunciando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, en nuestro pueblo representado con la Borriquita. El Martes Santo, como cada año, hacía su estación de penitencia el Señor de Huevar, el Gran Poder, esta vez con túnica morada, y su pueblo quiso estar a su lado para aliviarle el peso de esa cruz que lleva a cuestas. Dos días después, el Jueves Santo, hacía su salida penitencial el Cristo de la Vera-Cruz y María Santísima de la Sangre, que acompaña a su hijo clavado en la cruz y agonizando a duras penas para morir más tarde, el Viernes Santo. Y por fin llegó el gran día, el día mas esperado del año, el Sábado Santo, ¡Sábado Santo Glorioso¡, que hace que en nuestro pueblo se concentre multitud de personas que no quieren perderse ni un detalle, que han venido a acompañar a Cristo Yacente en su urna dorada y a contemplar a María Santísima de la Soledad que va detrás de su hijo rota por el dolor, pero guapa, guapa como siempre.
Sobre las seis de la tarde de abren las puertas de la Iglesia y en medio de un silencio sobreacogedor va saliendo nuestro Cristo Yacente rodeado por su cuadrilla de costaleros, y cuando por fin ya están abajo, lo llevan muy poco a poco y al rachear de sus zapatillas lo pasean por su pueblo con un respeto ejemplar. Minutos después, a través de ese arco ojival tan característico de nuestra Parroquia y a la vez tan difícil, va saliendo el paso de palio de María Santísima de la Soledad que llora desconsolada por la muerte de su hijo... pero Huévar entera y parte del Aljarafe se rinde a sus pies y quieren consolar su pena, que ésta sea más llevadera, que sepa que no está sola en este gran dolor y por eso, en cada una de sus calles el gentío es impresionante. Es una maravilla ver ese cortejo compuesto por los casi ochenta nazarenos de túnica blanca y capa negra que acompañan a Cristo Muerto, o esas mantillas negras, alrededor del centenar, enlutadas en señal del dolor y tan características de nuestra Hermandad de la Soledad, que con todo el respeto y el amor que sienten acompañan a nuestra Madre de la Soledad en toda su procesión. Es un día grande en Huévar, multitudinario y emotivo al máximo.
Como cada año, el Sábado Santo en nuestro pueblo es un ir y venir de personas que no quieren perderse su procesión, que quieren acompañar a nuestros Titulares, que al igual que nosotros los hervenses, sienten gran devoción por María Santísima de la Soledad y cada año viene más y más gente que no quieren perderse, por ejemplo, esa salida tan difícil por el arco de la Iglesia cruzando a la vez los escalones y que todos contemplan atónitos... ó la llegada al Altozano con el reflejo del Sol en su cara morena... o su paso por la calle de la Cruz, en la que casi no se puede ni andar, en la que parece que el paso va en volandas en medio del gentío y escuchar la saeta de Joana Jiménez (una de las grandes de la copla) que con tanto cariño dedica a la Soledad de Huévar desde un balcón soleano... ó esa llegada a la Plaza de España que los costaleros la hacen suya, en la que la van meciendo poco a poco, muy fino y elegante como ellos lo saben hacer, y en la que también podemos volver a escuchar a Joana Jiménez cantarle otra saeta desde el palco de autoridades y la termina diciendo así: ... solo te queda el consuelo de ser la Reina de Huevar... y por supuesto, de todos es sabido el gran interés y expectación que despierta la Señora cuando llega a la Cuesta de Marinita, donde la mecen despacio, que casi no se nota el avance en el camino, donde la banda toca alrededor de tres o cuatro marchas seguidas sin que el paso roce el suelo, ¡si es que sus costaleros no quieren parar de mecerla¡, aunque en ello se les vaya la vida, y la elevan al cielo una y otra vez, y hasta las estrellas sienten celos cuando la miran, cuando ven esa cara guapa como ninguna otra. ¡Si esa cuesta es cada vez mas larga¡, porque así lo quiere su cuadrilla de costaleros, empezando en la calle Moreno Segura y terminando en mitad de la Plaza de la Motilla, donde culminan la chicotá increiblemente en medio de un aplauso multitudinario e interminable. Los pelos de punta y el corazón latiendo a mil por hora se nos pone a todos aquellos que tenemos la suerte de vivir esos momentos únicos, esos momentos que sólo es posible vivirlos en los sueños, esos momentos que hacen del Sábado Santo un día especial, un día glorioso. Y un poco después, vuelven a entrar nuestros Titulares por la puerta de su casa, de la Iglesia de nuestra Señora de la Asunción, donde estarán hasta el año que viene si Dios quiere, donde ya descansan orgullosos de toda su Hermandad que tanto, tanto los quiere y que tanta devoción y fe le tienen.
Y como tan importante es la muerte de Jesucristo como su Resurrección, al día siguiente sale Cristo Resucitado, poniendo el broche de oro a la Semana Santa hervense. El Domingo de Resurrección es el día mas importante para los cristianos y es un día muy importante también en Huévar del Aljarafe, es el triunfo de la vida sobre la muerte y así lo celebramos aquí, con mucha alegría y felicidad, y acompañamos a Cristo en su recorrido por el pueblo, siendo el deleite de todos los presentes. Muchos son los niños que rodean el paso del Señor queriendo llevarlo en sus hombros para mecerlo como se merece... y muy característico es también de nuestra Hermandad el cortejo que lleva de mujeres ataviadas con la mantilla clara, que en este día tan grande ha sustituído a la negra del día anterior.
Pero para que todo no sean palabras ya que éstas se las lleva el viento, aquí en este blog les iré mostrando fotografías de nuestra procesión, ya verán como sobran las palabras, juzguen ustedes mismos...

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